MÉTODO

Precalentar el horno a 180 grados.

Colocar los tomates cortados por la mitad en una bandeja pequeña o trozo de papel aluminio.

Rociar con 1 cucharada de aceite de oliva

Sazonar con sal y pimienta

Asar durante aproximadamente 30 minutos hasta que se ablanden. Retirar del horno.

Calentar el recipiente extraíble de la Crock-Pot y si no es compatible, en una sartén para comenzar a tostar los guindillas de par en par con cuidado de que no se quemen.

Colocar los guindillas tostadas en un recipiente grande de 250 ml con agua hervida. Taparlo con un plato y dejar reposar 20 minutos (Asegurar que las guindillas están empapándose de agua)

Cortar la carne en trozos grandes y gruesos que quepan en la olla.

Sazonar la carne con sal y pimienta por todos los lados

Embadurnar la olla con 1 cucharada de aceite de oliva e introducir las piezas de carne hasta que se hayan dorado. Una vez cocinada toda la carne, retirarla de la olla y reservar.

Limpiar el recipiente con papel de cocina o, en caso de no ser compatible, utilizar una sartén. Añadir otro chorrito de aceite de oliva y pochar la cebolla a fuego lento hasta que se ablande.

Añadir el ajo y remover bien. Agregar a continuación los granos de pimienta y las semillas de comino y cocinar durante 2 minutos más.

Quitar las guindillas tostadas del remojo y con la mano intentar sacar las semillas y las ebras (donde reside el picante)

Introducir en una batidora las guindillas con la mezcla de cebolla pochada y los tomates, oregano, tomillo y canela. Añadir vinagre y el agua. Batirlo todo bien hasta que quede espeso.

Poner la carne en la olla de la Crock-Pot e impregnarlo con la salsa que acabamos de hacer en la batidora. Cocinar durante 5-6 horas en modo alto y 7-8 horas en modo bajo.